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El Callejón del beso y la leyenda


Callejón del Beso

El Callejón del Beso en Guanajuato

Muchas veces las leyendas son realidades que en general no se quieren aceptar, aunque también y como siempre, llevan su buena parte de chisme.

El Callejón del Beso es un famoso callejón en la ciudad de Guanajuato, México, conocido por su historia romántica y trágica.

La leyenda cuenta la historia de dos amantes, cuyas casas estaban separadas por este estrecho callejón, que no llega a un metro de separación, de modo que las casas tenían ventanas que estaban tan cerca que los amantes podían besarse a través de ellas.

La realidad es que esto de lo estrecho del callejón es lo de menos.

Como si fuera culpa de la cercanía entre ambos balcones y no un típico caso más en que el padre de la moza no ve a su propia hija no tanto como mercancía que también, sino sobre todo como un salvoconducto para salir de la miseria y la desesperación, o peor aún… para subir en la escala social.

Esto último a priori, podría también ser parte de lo mismo, de eso de salir de la miseria.

Pero no…

Si hacemos cuentas, muchas cuentas… finalmente es penoso y lamentable.

Pero a la vez es tan común que no es necesario ni un callejón estrecho ni transportarnos al s.XVIII

El hombre sigue siendo hombre, y la sociedad hispana también.

Aunque a veces al extremo que bien pueden terminar estas cosas, en una tragedia mayor y sin remedio, como es el caso que nos ocupa en este del callejón del beso.

 

Callejón del beso en Guanajuato
Callejón del beso en Guanajuato

La Leyenda de callejón del beso

Tampoco hace falta que doña Ana, la joven mozuela de esta historia, fuera tan hermosa, aunque se dice que sí lo era.

Y además piadosa.

Solía ir todos los días y siempre acompañada de su tierna nana Matilde a la Iglesia, a quien le había encargado el cuidado de su hija la madre de esta, justo antes de morir.

Fue en una de esas tantas idas a Misa, que conoció a un joven mozuelo que a fuerza de coincidir en el templo y cruzar sus juveniles miradas, paso lo que tenía que pasar.

A partir de ahí comenzaron los rumores sobre un supuesto noviazgo entre don Carlos, como se llamaba aquel joven, y doña Ana, la bella y joven dama.

Y como también tenía que pasar, estos rumores llegaron a oídos del padre de la joven.

Este al parecer y como suele suceder, tenía otros planes para su hija.

Planes que le permitieran alcanzar sus propias ambiciones y acallar las burlas de todos los que mas que amigos, eran como él, que no eran pocos.

Finalmente y a manera de solución, el padre de doña Ana decidió encerrarla en su casa en espera de embarcarla a la península.

Doña Matilde, la dulce nana, poco podía hacer… sino consolarla un poco y alcahuetearla otro poco.

Que ya todo junto, alguna esperanza daba.

Don Carlos que bien enterado de todo estaba, pensó que dada la cercanía de la otra casa, bien podría acercarse a su amada.

Fue y la compró, todo esto antes de que el padre de dona Ana se enterara.

Aunque por el precio que pagó, parece que si se enteró pero de nada sirvió.

Los dos enamorados esperaban impacientes la llegada de la noche para no sin poco riesgo, cruzar alguna palabra y alguno que otro beso.

No había nada más que hablar, estaban en esos momentos en que los sueños se vuelven planes y los planes, felicidad.

Muchos dicen que la felicidad no dura toda la vida, pero no fue este el caso.

Llegó el día y la hora en que el padre de doña Ana esperó el momento de la reunión, y en un momento de arrebato, pasó lo que no tenía que pasar.

Una daga atravesaba el pecho de su hija como si de defender el honor se tratara.

Cuentan que el último beso se lo dio don Carlos a doña Ana mientras su mano, ya sin vida… colgaba.

El callejón del beso en la actualidad

Yo, si quieren que les diga… no me creo nada.

La historia sí, lo del callejón no.

Algunos dicen y les gusta decir, que si no se besan en el tercer escalón… siete años de mala suerte tendrán.

Todo esto sin darse cuenta que con beso o sin beso, con transformación o sin ella… llevamos jodidos todo lo que va del siglo.

Y el anterior.

No se si durante el s.XIX

Hasta ahí no llego.

Pero me imagino que también.

Y ya les digo yo, que en ese callejón he estado y a muy altas horas de la noche…

Que nadie me ha asustado.

No se si a los demás.

 

Callejón_del_beso_Guanajuato
Callejón_del_beso_Guanajuato

 


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