La Catrina: Un Ícono de la Cultura Mexicana
Comenzó como una de muchas “calacas” o calaveras, una “huesuda” más dentro de las muchas ilustraciones de corte crítico y folclórico del hidrocálido (1852) José Guadalupe Posada.
Dentro del ambiente de cambio y revolucionario de principios del siglo XX, esta en concreto destacó por su elegancia y sobre todo por ser identificada no como un esqueleto parlanchín, sino como la responsable directa de que los demás se convirtieran en esqueleto.
La Catrina, la “huesuda”, es una forma de llamar a “la muerte” como ente personificado y existente en prácticamente en todas las culturas del mundo con sus propios nombres. Como por ejemplo en la mitología griega, la Muerte o Thanatos es uno de los hijos gemelos de Nyx, o bien Hel en los países nórdicos o Hein el Magro en la cultura neerlandesa.
Las similitudes con claras.
La diferencia estriba en que cada una acoge los elementos propios de la cultura.
Y es que para todo hay modos…
Es así como cualquiera podría encontrarse con La Catrina echándose un tequila de ronda hasta las tantas por las calles y callejones de Guanajuato.
La Catrina es un ícono ampliamente reconocido de la cultura mexicana, y es especialmente asociado con el Día de los Muertos.
Contexto histórico de La Catrina de Posada
La Catrina apareció por primera vez en una litografía de Posada titulada “La Calavera Garbancera” o “La Calavera Catrina”, en donde perdónenme ustedes, pero no es lo mismo.
Sigamos.
La ilustración fue creada alrededor de 1910.
En la imagen, La Catrina se burla satíricamente de la alta sociedad mexicana de la época, que adoptaba modas europeas mientras despreciaba sus raíces indígenas.
Esto es por que para la mayor parte de la sociedad mexicana todos son coludos y rabones, y se castiga al que no quiera entrar en esa clasificación, en el fondo más asociada con la mediocridad que con las raíces mismas.
De esta forma se puede ver que La Catrina en sí misma, como personaje, encierra dos aspectos culturales muy acusados y no solo uno; el de la muerte personificada en sí y el del enfrentamiento entre dos culturas que viven y conviven en un mismo país.
Una deriva de quien niega sus raíces moras, que esta bien, no todos pero sí muchos.
Y esto nos expresa sin más palabras las ideas del mismo José Guadalupe Posadas durante aquellos vientos revolucionarios, en donde seguramente si La Catrina tuviera perro, sería fifí.
Lo que no se sabe ni se podrá saber nunca, es si correría detrás de un hueso.
Aunque lo más seguro es que sí, por que del dicho al hecho… hay mucho trecho. Por que la realidad es que revoluciones y transformaciones van y vienen, de estas dicen que ya van cuatro.
Y todo sereno.
Como aquel gato que ni era pardo ni era gato.
Evolución y Significado Cultural
A lo largo del tiempo, La Catrina ha evolucionado para representar la idea de que la muerte es un igualador universal, que no discrimina entre ricos y pobres.
En el Día de los Muertos, La Catrina se convierte en un recordatorio alegre de la fugacidad de la vida y una celebración de los seres queridos fallecidos.
También es en este día y en todos los demás, en que el discurso politiquero y de “encono” como diría Beltrones, se esfuma por completo a lo verdaderamente importante.
Por que si hay algo cierto e impepinable, es que la muerte nos tocará a todos por igual, y ese día ante los ojos de Dios, dará igual si teníamos raíces europeas, mediterráneas, americanas o de encino.
No será eso lo importante.
Ni el significado original de La Catrina tampoco, o al menos la intención que llevaba.
Y es que a la muerte por más que le quieran correr, no hay quien le corra.
Impacto en la Identidad Mexicana
La Catrina ha sido adoptada como un símbolo de la identidad mexicana y se ha convertido en una figura popular en el arte, la moda y la cultura popular. Su imagen se ha utilizado para promover el turismo y la celebración de las tradiciones mexicanas en todo el mundo.
Muy lejos ya de su intención original.
La Catrina es mucho más que una imagen de la muerte; lo es también de la propia burla a la misma muerte.
Aunque tal vez a muchos lo que más les impacta es su sombrero.
Por lo demás, es un símbolo de la vida y la cultura mexicanas. Su evolución a lo largo de los años refleja la rica historia y la diversidad de México, y su presencia continua en la cultura popular asegura que seguirá siendo un ícono importante en el futuro.